En IMOR nos preocupa tu salud, por lo que también llevamos a cabo acciones que complementan a otros tratamientos oncológicos clásicos. Hablamos de la hipertermia oncológica y está avalada por la Sociedad Española de Oncología.
Para conseguir los mejores efectos, realizamos la hipertermia local profunda o superficial para minimizar los daños en la zona afectada y aumentar la probabilidad de eliminar las células tumorales.
Nos importa tu salud, por lo que estamos en una lucha contra el cáncer constante y este tratamiento funciona muy bien con la oncología radioterápica, ya que consiste en radiofrecuencia cuya acción es no invasiva en la zona dañada por el cáncer. Está disponible para utilizarse en hospitales y otros centros y el precio es competitivo y ajustado a tus necesidades.
Si necesitas más información o quieres un presupuesto, te atenderemos sin compromiso.
¿Qué es la hipertermia?
La hipertermia oncológica es un nuevo tratamiento contra el cáncer que, al combinarse con
cirugía, radioterapia, quimioterapia o inmunoterapia, mejora los resultados en situaciones donde las expectativas de respuesta y supervivencia no son óptimas.
Este tratamiento, completamente indoloro y sin prácticamente efectos secundarios, está aprobado e incluido en el nomenclátor de la especialidad de Oncología Radioterápica para varias indicaciones oncológicas.
Consiste en elevar la temperatura del tejido corporal mediante fuentes externas de calor para destruir células cancerosas o impedir su crecimiento. La hipertermia no ablativa se administra a temperaturas entre 39-43 °C durante sesiones de una hora y suele tener una frecuencia de dos veces por semana, en ciclos de aproximadamente 10 o 12 sesiones.
¿En qué situaciones se utiliza?
La hipertermia ha demostrado su eficacia en diversas patologías y se utiliza clínicamente en los siguientes casos:
- Cáncer de mama recurrente: Mejora los resultados de la radioterapia y quimioterapia.
- Cáncer de cabeza y cuello: Incrementa la eficacia de la radioterapia en tumores avanzados.
- Cáncer de cuello uterino: Mejora la respuesta a la radioterapia en tumores localmente avanzados.
- Sarcoma de tejidos blandos: Potencia los efectos de la quimioterapia y radioterapia.
- Cáncer de próstata: Aumenta el control local del tumor cuando se combina con radioterapia.
- Melanoma: Efectiva en combinación con otras terapias, especialmente en casos recurrentes o metastásicos.
- Glioblastoma: Se investiga su uso con radioterapia y quimioterapia para mejorar los resultados en este tipo de tumor cerebral agresivo.
- Cáncer de colon y recto: Especialmente en metástasis peritoneal, utilizando quimioterapia intraperitoneal calentada (HIPEC).
- Cáncer de esófago: Mejora la respuesta en casos avanzados cuando se combina con radioterapia y quimioterapia.
- Cáncer de vejiga: Utilizada junto con quimioterapia intravesical.
Indicaciones no oncológicas
Además de sus aplicaciones en Oncología, la Hipertermia también se utiliza en el tratamiento de ciertas enfermedades no oncológicas, donde ha demostrado su eficacia.
Una de las aplicaciones más destacadas es en el tratamiento de Enfermedades inflamatorias crónicas, como la artritis reumatoide, en la que la hipertermia puede aliviar los síntomas mediante la aplicación de calor en las articulaciones afectadas. Además de reducir el dolor y la rigidez al mejorar la circulación sanguínea y relajar los músculos. Todo ello proporciona alivio sin causar daño tisular, suponiendo una alternativa o complemento a los tratamientos farmacológicos tradicionales.
Otra aplicación notable de la Hipertermia en el campo no oncológico es en el tratamiento de Infecciones crónicas y heridas de difícil cicatrización, en las que la hipertermia puede ser eficaz en su manejo al mejorar el flujo sanguíneo y aumentar la actividad del sistema inmunológico en el área afectada.
La aplicación de calor controlado ayuda a combatir las infecciones persistentes y promueve la cicatrización, ya que las temperaturas elevadas pueden inhibir el crecimiento de ciertos patógenos y mejorar la entrega de nutrientes y oxígeno a los tejidos dañados.
Esta técnica se utiliza en la terapia de úlceras diabéticas, úlceras por presión y otras heridas crónicas, proporcionando una opción de tratamiento adicional para mejorar la curación en pacientes que no responden adecuadamente a otros métodos.
La aplicación de calor controlado ayuda a combatir las infecciones persistentes y promueve la cicatrización, ya que las temperaturas elevadas pueden inhibir el crecimiento de ciertos patógenos y mejorar la entrega de nutrientes y oxígeno a los tejidos dañados.
Esta técnica se utiliza en la terapia de úlceras diabéticas, úlceras por presión y otras heridas crónicas, proporcionando una opción de tratamiento adicional para mejorar la curación en pacientes que no responden adecuadamente a otros métodos.